En todo reconocimiento místico existe una experiencia esencial. Se muere para la carne y se nace para el espíritu. Uno se identifica con la conciencia y la vida, de las cuales el cuerpo es tan solo el vehículo. Se muere para el vehículo y uno se identifica en su conciencia con aquello que el vehículo transporta. Eso es Dios.
Fuente: Joseph Campbell
No hay comentarios.:
Publicar un comentario