El Norte es el lugar donde viven las Fuerzas Superiores, donde mora el Gran Espíritu; de allí nos llegan la sabiduría y el conocimiento. El Águila vuela alto y cuando se eleva nada escapa a su mirada aguda y penetrante. A medio camino entre la Madre Tierra y el Padre Cielo, el Águila es la conexión con lo divino. Desde este punto cardinal, el Águila nos recuerda nuestra estirpe, nuestro verdadero origen y la herencia que nos corresponde por derecho.
Además, nos dice que no estamos solos y que, seamos o no conscientes de ello, recibimos continuamente los dones del espíritu en forma de consejo, guía y aliento. También nos recuerda que estos tesoros no hay que ir a buscarlos a ninguna parte, porque están en nuestro interior. Tan sólo hay que mirar dentro.
Fuente: Pedro Jíménez
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